16.11.21
- Lucía Zegarra-Ballón
- 16 nov 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 ene 2022

no sé dónde estoy. en el cuello un tatuaje, dos tatuajes, tres dolores. no tengo manera de saber si estoy encontrándome o si estoy solo cada vez más lejos. de mí. creo que necesito un nuevo abismo. pesa mucho mi cabeza.
cuatro dolores en mi cuello.
desenredar un poco el nudo, andar un poco más allá. ¿por qué no? estoy yendo tan lejos que creo que voy a llegar al fondo de la tierra, donde todo arde.
cinco dolores en mi cuello.
voy demasiado tiempo con la misma piel. yo, que he aprendido a ser serpiente. a croar con la lluvia, a abrir el oído con el trueno. pa que me enseñe el camino. sigue la luz, me dijeron. a mí, que soy tanta penumbra. no necesito alumbrar por ahora, pronto me voy a incendiar.
seis dolores en el cuello
me voy a despedir de la montaña para hundirme en otro cráter y erupcionar la rabia, la tristeza y, por qué no, una sonrisa. no necesito escribir nada, mi cuerpo lleva la historia entera. para leerla, mirar mis manos. siete dolores en el cuello.
búsquenme en el séptimo cuarto del séptimo paradero. me van a encontrar dentro de mi cama, acostada con el mundo entero. tengo en el pecho todos los lugares. déjenme encerrada aquí, en esta esquina, con todos ellos.
yo he nacido sola, calata, llorando, ¿por qué no podría entonces vivir para siempre así, lejos de todo lugar y todo tiempo? ¿por qué no podría entonces vivir para siempre así, inmaculada y protegida, sin conocer hombre que viola y mata?
esta esquina es mía y aunque esté perdida, aquí entramos todas.
un dolor en el cuello por cada desaparecida. por cada perseguida. por cada amiga.
valle sagrado, noviembre de 2021
escrito en la casita del 7mo paradero de yanahuara, la foto es de la puerta de mi cuarto
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